El Movimiento Ni un pibe menos por la droga cumplió, el pasado 26 de junio, seis años de vida. Su nacimiento coincide con el Día Internacional contra el Tráfico Ilícito y Abuso de Drogas, conmemoración propuesta por las Naciones Unidas con el objetivo de crear conciencia sobre el problema que las drogas y otras sustancias representan para la sociedad.
La gravedad del problema es que el consumo de drogas y otras sustancias como el alcohol en los barrios populares, aumenta cada vez más y la edad de inicio es, al mismo tiempo, cada vez más baja.
En un contexto en el que aumenta el hambre, las violencias y las adicciones, en donde la pobreza se arraiga para no irse y es más difícil llegar a fin de mes, con el agravante de una cultura que alienta el consumo, el Movimiento Ni un pibe menos por la droga “pelea por la prevención y para poder construir un proyecto de vida saludable para los jóvenes, adolescentes y para miles de familias que hoy viven en una situación muy difícil, con una crisis inflacionaria que ha avanzado, que se come el poco ingreso que hay en los barrios más vulnerados”, así lo explicó Javier Billordo, coordinador de la Casa de Atención y Acompañamiento Comunitario (CAAC), José Daniel Rodríguez.
Jornada de lucha
El pasado sábado 2 de julio, Ni un pibe menos realizó una jornada deportiva y cultural en el marco nacional de reclamo por la Emergencia en Adicciones y contra la violencia institucional.
En Paraná, la CAAC ubicada detrás de la planta de residuos de la ciudad, fue centro de actividades juveniles: torneo de fútbol, juegos cooperativos para los más niños, pintura de mural y algunos versos de freestyle se sucedieron en un día agradable de sol. Hubo tortas fritas, leche caliente, bizcochuelos y pizzas para los gurises y las familias.
Billordo comenta que la jornada “es por la pelea y la organización para que los jóvenes, que hoy son el descarte de esta sociedad, por las condiciones en las que viven, tengan otra vida, otro proyecto de vida y que puedan tener un futuro mucho más saludable. Y poder pensarse en un futuro. Muchas veces el vivir el día a día y en las situaciones en las que están hace que cueste mucho pensar o proyectar otro tipo de vida, un modo de vida saludable”.
La CAAC José Daniel Rodríguez, está en la zona de La Floresta, oeste de la ciudad. Es uno de los seis dispositivos de la Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas de la Nación Argentina (Sedronar) en Paraná y está coordinada por el Movimiento Ni un pibe menos por la droga —organización impulsada por la Corriente Clasista y Combativa (CCC).
Educación, salud, cultura y deporte para los jóvenes
En la CAAC se ven cosas muy duras. El Movimiento exclama que “la droga mata” y que los jóvenes “no somos descartables” y lo grita a viva voz con la vehemencia de quien mira la realidad de frente y ve el avance de la droga por los barrios.
Hace una semana, el 27 de junio, se dio a conocer el Informe Mundial sobre Drogas 2022 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Los resultados son abrumadores y confirman lo que el Movimiento permanentemente denuncia: “El aumento sin precedentes de la fabricación de cocaína, la expansión de las drogas sintéticas a nuevos mercados y las continuas deficiencias en la disponibilidad de tratamientos contra las drogas”.
Lamentablemente el negocio va viento en popa. Billordo explica que hay determinadas condiciones que hacen a que crezca más el consumo. “Por ejemplo, con el cannabis hay toda una ofensiva cultural para relativizar el daño y naturalizarlo. Lo que nos está pasando es que hoy se ven cosas que antes no, me refiero a personas consumiendo a la luz del día o delante de cualquiera. Es muy frecuento eso. La droga va ganando terreno en términos de la cantidad de personas que vemos que están consumiendo, principalmente cocaína, y la cantidad de gurises que han naturalizado el consumo del cannabis. Entonces, hay toda una cultura que fomenta esto y después, también, hay un gran negocio que sostiene esa cultura, porque hay personas que se enriquecen a costa de la salud y el sufrimiento del pueblo. En estos términos, es mucho más difícil poder trabajar en la atención y el acompañamiento para que los jóvenes puedan tener otro proyecto de vida”.
Tierra, techo y trabajo
La actual situación económica e inflacionaria que sufre la mayoría de la población genera las condiciones básicas para que avance la droga. Por eso desde el movimiento pelean también para que se trate la Ley de Tierra, Techo y Trabajo, iniciativa impulsada por la CCC y presentada en el Congreso de la Nación por el diputado nacional Juan Carlos Alderete, referente nacional de la organización, que cuenta con el apoyo de otras organizaciones sociales. Según comenta Billordo, el proyecto de ley apunta a “abordar el problema de la situación habitacional en la que viven miles de argentinos, generando empleo a través de la construcción para mejora de las condiciones edilicias y para mejora de las condiciones de vida de la población". Es una base fundamental –así lo entienden en el tratamiento y lucha contra las adicciones– "para empezar a abordar el problema desde los condicionantes y los determinantes de la salud”.
Por otro lado, Billordo también se refiere a la Ley de Emergencias en Adicciones que permite un abordaje integral, preventivo y comunitario de la problemática, como una mejor respuesta desde el Estado frente a la situación. “Vemos que el abordaje está muy orientado hacia la cuestión de la salud, pero después hay que hacer una tratamiento más integral en donde participen otros sectores, como educación, que participen desde determinados proyectos comunitarios de la cultura. Vemos con mucha preocupación la ausencia de espacios de contención, el crecimiento del desempleo, el hambre, la pobreza, la falta de trabajo, las dificultades para el acceso a la salud, a la educación, a la vivienda y a la recreación, que permitan una vida mejor”.
Publicado en Río Bravo el 5 de julio de 2022