Corrían los primeros días de marzo de 2020, a muy poco de desatada la pandemia. La incertidumbre y la confusión estaban a la orden del día con respecto a ese virus del que poco se sabía acerca de sus causas, origen y su posible impacto en la región. No obstante, las noticias que llegaban desde Europa, Asia y Norteamérica, generaban un estado de alerta y preocupación.
En ese contexto, la agencia nacional de Promoción de la investigación, el desarrollo tecnológico y la innovación (Agencia I+D+i), dependiente del Ministerio de Ciencia y Técnica de la Nación, lanzó una convocatoria para promover investigaciones sobre el Covid 19, aportando el financiamiento para su desarrollo e implementación. Se presentaron más de 900 propuestas de las que, a principios de mayo, fueron seleccionadas 64; entre ellas el proyecto “Implementación de un sistema de información sanitario basado en software libre para la gestión local de epidemias en municipios”, dirigido por el bioingeniero Fernando Sassetti, titular de la cátedra de Salud Pública de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER).
Todo se dio en el marco de un programa nacional denominado Municipios y comunidades saludables, que propone que todos los municipios del país puedan tener salas de situaciones con sus datos de la población, de la estructura de la población; datos sanitarios que surgen de los efectores de salud.
A poco de iniciar la implementación del proyecto, los participantes se encontraron con un primer disgusto: quedar en el medio de la línea de fuego de eso que se da en llamar "periodismo de guerra": en su vuelta a la televisión, el periodista Jorge Lanata dijo, en la emisión del 31 de mayo de 2020 de Periodismo para todos (PPT), que “los beneficiados (sic) o son funcionarios o son muy afines y militantes del gobierno” (ver video).
Aunque apuntó principalmente a la figura de Diego Golombek (investigador superior del CONICET y en ese entonces director del Instituto Nacional de Educación Tecnológica, que salió a desmentir las acusaciones y a realizar aclaraciones), Lanata involucró con la información difundida al investigador entrerriano, que hizo su descargo con una extensa carta pública reproducida por Río Bravo, en la que le sugirió al periodista "interesarse seriamente por los proyectos científicos sobre los que va a hablar y conocer muchos de los problemas que nos movilizan", que exigen el diseño y desarrollo de tecnologías para "mejorar el cuidado de la salud de nuestro pueblo, en especial en este grave problema de la pandemia del coronavirus que afecta la salud de nuestra población, muy especialmente de los sectores más postergados".
El director del proyecto recordó que, en aquél momento, se vio en la obligación de "salir a aclarar con esa carta porque cuando uno tiene estos proyectos piensa en trabajar con mucha gente, involucran el trabajo con organizaciones, dos municipios en este caso, un montón de trabajadores de salud y un equipo que necesitaba poder aclarar en el arranque qué es lo que hacíamos, de dónde veníamos y qué pretendíamos hacer".
Impacto local en el trabajo sanitario
Lejos del fuego mediático, después de más de un año y medio de trabajo, el equipo integrado por casi 30 personas, entre investigadores, un staff de apoyo, el núcleo operativo y los representantes de los municipios, presentó su informe final sobre el camino recorrido y los resultados de su labor, donde quedó fuertemente expresado el deseo de continuidad de esa experiencia que tuvo como destinataria a una población de más de 30.000 personas entre ambas ciudades.
El bioingeniero Fernando Sassetti, director del proyecto, explicó a Río Bravo que desde hace años vienen trabajando con sistemas de información para la salud, principalmente GNU Health, "tratando de de pensar cómo se adaptan estas herramientas existentes a las necesidades que tienen nuestros efectores de salud y cómo adaptarlo a nuestra realidades locales".
Para Sassetti y todo el equipo de trabajo, el financiamiento obtenido –de 2,8 millones de pesos– fue una gran oportunidad de contar con recursos para hacerlo de una manera más sostenida en el tiempo. Esos recursos, contó, les permitieron dar un salto y acompañar a los municipios de Oro Verde y Diamante, comprar la tecnología necesaria y financiar el trabajo que realizaron los consultores, que en este caso fueron jóvenes graduados de de la Facultad de Ingeniería con antecedentes en proyectos similares.
La jornada del miércoles pasado tuvo que ver con eso: mostrar resultados. Por eso, para los impulsores del proyecto fue importante la participación de las autoridades de las comunidades destinatarias: la viceintendenta de Oro Verde, Marianela Komar, hablando del impacto que tuvo en la localidad el proyecto; la directora del Centro de Salud Gianotti, Viviana Soler, contando lo que había significado para el centro de salud y, por el lado de Diamante, la presencia del coordinador de Atención Primaria de la Salud, Ulises Zapata y la secretaria de Política Sociales, Norma Salcedo, en el mismo sentido.
Sassetti consideró "sumamente auspicioso" el hecho de poder mostrar "que cuando se trabaja seriamente, cuando se investiga, se desarrolla y se puede implementar con el trabajo colaboración con las organizaciones, se pueden obtener resultados sumamente positivos y también la posibilidad de que nuestros graduados puedan ser parte de un sistema de salud".
Por otro lado resaltó que "tener impacto local en la misma ciudad donde está la facultad o a poco y kilómetros, poder tener algo funcionando operativo que sirve para mejorar las condiciones de trabajo de los agentes sanitarios, de los promotores de salud, de los enfermeros, de los médicos, nos da mucha alegría".
Del papel al servidor
El ingeniero al frente de la iniciativa comparó las condiciones, posibilidades y resultados entre la recolección y procesamiento digital de información sanitaria y lo que ocurría cuando gran parte del trabajo pasaba antes por el papel o no estaba sistematizado: "En experiencias previas se realizaron esas situaciones pero con un procesamiento manual de los datos, lo que lleva a dedicarle mucho trabajo a juntar los datos y a presentarlos. Con el proyecto que llevamos adelante todos esos datos pasan a hacer digitales en el momento del acto sanitario, todos esos datos van fluyendo más automatizadamente y ya se los vaya procesando".
Se trata de información altamente relevante a la hora de tener que gestionar situaciones como una pandemia o como una campaña de vacunación, evaluar ritmos de vacunación y los grupos de edad que se está vacunando, por ejemplo.
A modo de ejemplo, mencionó el trabajo realizado en Diamante, donde hay efectores muy pequeños que tienen un enfermero de manera permanente desde que abre hasta que cierra. En esos lugares el equipo del proyecto trabajó con enfermería para empezar a digitalizar todas las atenciones. Es muy común que al monitoreo de la presión arterial lo lleve el paciente anotando y dependa de que el paciente cuando consulta a su profesional vuelva ese papel para poder hacer un ajuste de medicación.
Por eso, tal vez como nunca antes, por el desborde que significó, la pandemia puso a prueba la capacidad de monitoreo de los equipos de salud en todo el país: "El gran problema era cómo distribuir el trabajo. Cuando empezamos los equipos de salud lo hacían en papel o en algún documento en una computadora", contó Sassetti.
Para el bioingeniero, más allá de poner al límite los sistemas de salud, la pandemia puso sobre la mesa la necesidad de innovación en cuanto a las formas y herramientas de trabajo: "En algún momento resultó facilitador de la adopción (de sistemas digitales) por ese desborde de demanda, que no se podía gestionar solamente con el papel de una manera adecuada. Eso generó alguna condición de necesidad, de dar un salto tecnológico y es muy importante ver cómo dentro de los equipos de salud hay algunas resistencias porque vienen trabajando con el papel hace muchos años pero con el acompañamiento y el trabajo en conjunto en el lugar y la capacitación de servicio, son cosas que se pueden revertir y uno puede ver en pocos meses la transformación de los equipos de salud, adoptando tecnología, mejorando sus condiciones de trabajo".
Pero, aclara, nunca se trató de una búsqueda de eficiencia en abstracto, sino que esas posibilidades que brindó la adopción de tecnología sirvió para "mejorar la calidad de los servicios, la calidad de atención y la posibilidad de hacer mejor de medicina, mejor salud; la posibilidad de prevenir".
Software libre: un modelo, posibilidades de aplicación múltiples
La gestión digital de datos sanitarios es parte de una política nacional que –reconocen los investigadores– se viene construyendo desde hace muchos años. Pero el equipo con base en Ingeniería de la UNER hizo un aporte que no es menor: la posibilidad de hacerlo con software libre, que permite que ese sistema desarrollado pueda ser estudiado, compartido, distribuido y adaptadas a las necesidades de cada lugar; todo lo contrario al software bajo regímenes de licencia, cuyo código de programación no es accesible a los usuarios y por lo tanto no puede ser modificado y está prohibida su copia/distribución.
Por eso, a partir del desarrollo inicial, enfocado en la pandemia de Covid 19, fueron surgiendo nuevos usos y aplicaciones: "En Diamante, con el aumento de la temperatura, se empezó monitorear la presencia del mosquito Aedes Aegypti, para tener un cuadro de situación de la presencia del vector del dengue en la comunidad, por ejemplo. En Oro Verde, cuando llega la apertura de las escuelas por burbujas, se tomaron los documentos de COE del Ministerio de Salud de la Provincia y se empezó a trabajar entre el centro de salud y las cuatro escuelas para conocer cuántos estudiantes tenías, de dónde venían, o sea, adecuar todo el procedimiento del COE de una forma digitalizada, que nos aporte información para poder tener las alertas en el caso de que fuera necesario el aislamiento y el monitoreo de niños y sus familia".
Cuando comenzaron a disminuir los casos localmente, el equipo empezó a trabajar los áreas de odontología, implementando módulos vinculados con salud digital, para hacer el registro de una historia electrónica integral compartida o de enfermería. En Oro Verde se avanzó con la gestión de farmacia, para mejorar el trabajo administrativo de realizar los stocks o de gestionar los programas de soporte nutricional como el Materno Infantil.
Para el director del proyecto, "hay capital humano para seguir desarrollando herramientas propias de las organizaciones" y lo considera una necesidad que hay que aprovechar "porque esa es una de las libertades que permite trabajar con el software libre".
Tecnología en debate: ¿reemplazo o facilitador del trabajo humano?
Para quienes abrazaron este proyecto, el desarrollo de un sistema de gestión digital de información sanitaria basado en software libre implicó "tener mejores herramientas para seguir transitando una línea de trabajo que ya tiene una trayectoria y falta bastante por desarrollar. En nuestro país tenemos problemas con las enfermedades crónicas no transmisible, como la hipertensión, que demandan también de esos monitoreos parecidos a lo que te hizo con Covid, entonces esta herramientas también pueden pensadas para abordar esos problemas que tienen un modelo en debate, si los sistemas de salud tienen que esperar la llegada de los pacientes o salir a su encuentro".
Con el avance de la robótica y la llamada inteligencia artificial, cada vez se pone más en debate el futuro del trabajo humano. La existencia de robots repositores de mercadería, por ejemplo, capaces de reacciones no repetitivas o automatizadas ante incidentes imprevistos, hacen dudar a muchos sobre el futuro del trabajo humano. Parece de ciencia ficción aunque técnicamente ya es posible (basta ver el desarrollo de empresas como Boston Dynamics) pero, en todo caso, no se trata de una contradicción antagónica entre hombres y tecnología sino de debates políticos, filosóficos, éticos, de carácter humanitario: al servicio de qué y de quiénes está el avance de la ciencia. Si la respuesta es la mejora de la productividad y la reducción de costos con el único fin de maximizar ganancias el reemplazo de hombres por máquinas no será un problema para quienes partes de esa perspectiva. Pero no es la única respuesta posible: "Nosotros no pensamos la tecnología como lo central, sino la salud en el centro, la cuestión de la prevención y la promoción de la salud y después, para llevar eso adelante, hace falta tiempo y para ese tiempo muchas veces la tecnología nos permite facilitar los procesos de trabajo en la organización del trabajo para hacerlo de una manera más eficaz y poder llegar a más personas. Así que también hay un debate: si la tecnología viene a suplir el trabajo de las personas o complementarlo potenciando el trabajo de los equipos de salud", concluyó Sasetti.
Publicado en Río Bravo el 7 de diciembre de 2021