Mientras algunos sectores de la política, irresponsablemente en este contexto, alientan aglomeraciones de personas para sacar ventaja política de una situación delicada, miles de trabajadores que se desempeñan en los llamados "servicios esenciales" ponen el cuerpo día a día frente a la pandemia; algunos más expuestos que otros, como los trabajadores de salud, pero todos en mayor o menor medida en una situación de mayor riesgo que aquellos que tienen la oportunidad de quedarse en casa, inclusive para trabajar.
Uno de ellos es Fernando Míguez, periodista de Canal 9 Litoral, a quien el viernes por la noche le confirmaron el resultado positivo del análisis de Covid19. Compartimos parte de su testimonio publicado en las redes sociales que, aunque no lo dice todo explícitamente, deja mucho para reflexionar sobre los molestos pero vitales cuidados, el encierro, los sacrificios, la incertidumbre y el temor, y la necesaria empatía frente a la indiferencia, la frivolidad o la negación.
(...) desde el principio de la pandemia tomé la decisión de llevar adelante todas las medidas para prevenir mi contagio y el de otres.
Recuerdo caminar al trabajo, cruzarme con amigas que estaban en un bar (cuando reabrieron) yo las salude con el codo y su reacción fue la de mucha gente, entender que era “un poco exagerado”, expliqué que me preocupaba la situación de mi madre que vive conmigo (81 años); en terapia, mi psicóloga resaltarme que había distanciamiento y que yo decidía aislarme, que tenía que comenzar a trabajar la vuelta a la nueva normalidad (claramente buscando mi salud mental).
Desde marzo hasta el pasado domingo, no fui a bares, no pude volver al gym, solo me di el gusto de ir a cortarme el pelo para mi cumple, los últimos días de julio. Mis días pasaron desde mi casa al canal, ida y vuelta durante estos cinco meses. Mis compañeras/os de trabajo son testigos de lo meticuloso que fui al usar tapa boca, alcohol en gel, lavarme las manos, desinfectar las cosas que usaba. Destaco que en mi trabajo estuvo siempre todo lo necesario para el cuidado, nunca faltó ningún elemento, incluso a costa de disminuir la producción, siempre hubo cuidados. El domingo pasado me sentí mal, pensé que era un resfriado y así lo iba a tomar, el lunes volví a repetir el malestar y consulté a una amiga médica, tenía temor que me hubiera contagiado, aunque las chances eran nulas. Me sugirió que fuera al hospital Domagk y que consultara, de allí a la tarde ya tenía el turno del hisopado. Luego fue esperar hasta que anoche me llamaron para decirme que el resultado era positivo. Inevitablemente me preocupé por mi madre, mi hermana, mi sobrina, mis compañeras y compañeros, sus familias. No hay nexo, no se sabe quién, pudo ser una persona asintomática.
Ver el hospital de la Baxada repleto de gente para hisopar, ver el personal de salud agotado y dando su trabajo de manera amorosa y de cuidado. Ver sus ojos, juro que abracé a esa medica Daniela Waldner con la mirada, agradecido y pidiendo disculpas porque como sociedad no estamos pudiendo ver. Y lo ilógico que es que no se vuelva a una fase anterior por 7 días...
La llamada de personal para saber como estoy en mi casa, ahí enterarme que la gente no deja que los busquen en ambulancia porque los vecinos los escrachan, que usan taxis o remises para ir y ese servidor público se enferma.
Agradecido a Flavia Pereyra por estar al teléfono y ayudarme en esto, al personal del hospital publico Domagk por el afecto con el que tratan a pacientes; al personal de la Baxada, un grupo humano incalculable. A amigas y amigos que se ofrecieron a hacerme las compras y que no me falte nada, gracias Gise, sos de fierro. Las llamadas interesadas para saber cómo estábamos, aunque están esas que su finalidad es el chusmerío (les menos).
Mi caso es leve, no es una simple gripe, es dolor constante de cabeza, son agujas que se clavan en la garganta, tos, congestión, frió intenso, incertidumbre de cómo te la vas a arreglar, angustia por como estará tu familia y no verla, tus afectos, compañeros, perdida del olfato. No quiero imagina los casos severos o graves.
Es injusto? Sí, yo hice todo lo que había que hacer.
Gracias por esa red de afectos, gracias a quienes se cuidan, a quienes no niegan lo grave que vivimos. Y gracias a quienes ponen el lomo a la salud pública, mil gracias (...)
Publicado en Río Bravo el 22 de agosto de 2020