Estadísticas oficiales QEPD
Durante el gobierno kirchnerista, a excepción de los fanáticos (que pueden llegar a creer que sea lógico tener menos pobres que Alemania y más villas de emergencia que el más pedorro de los países europeos), nadie dudaba que el Indec era una fábrica de fábulas que le permitía al político de turno exhibir un éxito mayor del real. El derrame nunca alcanzaba para mucho más que para contener. Ni todo el trabajo precario (cooperativas y contratos basura), ni la ayuda del Estado (mucha menos de la que recibían los capitalistas amigos y los bancos con el llamado “desendeudamiento”), fue suficiente para erradicar la pobreza en la Argentina. Por aquel entonces, las estadísticas más o menos confiables eran las de la Universidad Católica, que todos tomaban como referencia para criticar al Gobierno. Ahora ya no son creíbles, para muchos de los que antes creían en ellas. Raro.
Entre tantas promesas de campaña que hizo Cambiemos, una de ellas fue decir la verdad. Así como no cumplieron con las declaraciones juradas, ni con el Fútbol para Todos, ni con eliminar la inflación en diez minutos, tampoco lo han hecho con las estadísticas oficiales. Decir que bajó la pobreza en un país en el que ha habido tarifazos a diestra y siniestra, y aumentos de sueldo por debajo de la inflación, no resiste ningún análisis serio. Ni siquiera es ideológico. Si la gente gana menos de lo que suben las cosas, y si la ayuda del Estado para los pobres también se congela o se elimina directamente (pero no para los capitalistas amigos, que ahora se llaman de otra manera, o se dedican a otra cosa) … ¿Cómo hicieron para bajar la pobreza? Con el lapicito, dibujando …
Menos es más
El gobierno provincial no se queda atrás en su ajuste por abajo. Antes teníamos para instalar un pelotero de Urribarri presidente en la Costa Atlántica, o para organizar la Cumbre del Mercosur, y ahora no alcanza para pagar sueldos. La cuestión es que en el medio de la discusión paritaria con los docentes ocurrió un hecho que seguramente dará lugar a una película como “Una mente brillante” (biografía del matemático norteamericano John Nash). La anteúltima oferta del Gobierno había sido de 17% de aumento en dos tramos. La última fue de 15% en tres tramos. Quieren pagar menos y en más cuotas. El mismo Gobierno que se llena la boca de “los chicos en las aulas”, le hace este tipo de bromas, aprietes, cada uno que le ponga el nombre que quiera, a los trabajadores estatales que sostienen la Provincia. Porque la salud pública y la educación en esta provincia la bancan con sus viajes a dedo, con su sacrificio, los trabajadores estatales. No la sostienen los legisladores que trabajan una o dos veces por semana y se pueden aumentar el sueldo por ley, ni tampoco los funcionarios que no reciben descuento de sueldo cuando salen a rosquear alrededor de la Provincia, en vez de estar resolviendo problemas todo el día.
Mil disculpas
Quiero desagraviar a los pobres números, que fueron agredidos en el título. Es imposible que en una casa en la que entra menos o lo mismo que entraba antes y sale más plata, se viva mejor. En ningún otro lugar fuera de las sombrías oficinas del Consejo General de Educación de la Provincia o en el Ministerio de Economía de Ballay, 15 es más que 17. Lo sabe un chico de primer grado, lo sabe un maestro que viaja en colectivo, lo sabe una enfermera que compra pan. Los números no mienten, los que mienten son los funcionarios.
Fuente: Gualeguay Hoy