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Domingo, 12 Octubre 2025 09:38

Alerta: El corazón de la educación Técnica está con pronóstico reservado

Escrito por Ricardo Raúl Banega

El Profesor Ricardo Raúl Banega, Técnico Mecánico c/or. en máquinas agrícolas, nos convoca a conocer la actualidad de la educación técnica de Paraná y Argentina. Un llamamiento urgente a revertir un rumbo que pone en peligro la existencia de una herramienta clave para la formación y el desarrollo de nuestro país.

La Ley 26.058, sancionada en 2005, es la legislación que rige la Educación Técnico Profesional (ETP), incluyendo allí como protagonistas principales a las escuelas técnicas y a las agrotécnicas de todo el país, que son unas 1.700 aproximadamente, de las cuales 87 se encuentran en Entre Ríos y, de ellas, una decena en la capital provincial.

La citada Ley 26.058 brega por ordenar y fortalecer el sistema de ETP en todo el país. Mejorar la calidad de la formación para responder a las necesidades del sector socio-productivo y del desarrollo nacional, a su vez, garantizando que los títulos técnicos tengan validez nacional.

Un apartado importantísimo de esta reglamentación es el régimen sobre la vinculación entre las escuelas y el mundo laboral.

No debemos olvidar además que en esta ley también se hace especial mención a la educación superior; ejemplo de esto es el “Profesorado de Educación Técnico Profesional en concurrencia con título de base”, que es, a grandes rasgos, la formación pedagógica de los técnicos para que estén capacitados en dar clases en las materias específicas de su base de formación técnica.

En esta línea, tomemos dos ejemplos para que se entienda fácilmente. No existe el “profesorado en crianza de aves de corral” o el “profesorado de herrería”, entonces quienes son técnicos o agrotécnicos son quienes se capacitan como profesores en concurrencia con su título de base y esto no es algo que sirve a los docentes para conseguir un puesto laboral, sino que enriquece la formación técnica en su conjunto y los beneficiados primarios son los estudiantes y los favorecidos posteriores somos todos nosotros, nuestra sociedad como conjunto, no solo a corto plazo, sino a mediano y largo plazo. Porque en las 1.700 escuelas técnicas y agrotécnicas de argentina no solo se forman buenos técnicos, sino que siempre se busca formar buenas personas.

Inflexión actual: El Fondo Nacional para la ETP

El aspecto más importante y del que depende la supervivencia de las escuelas técnicas es el artículo 16 de la Ley que mencionara anteriormente, que crea el Fondo Nacional para la Educación Técnico Profesional, o sea la plata que financia a las escuelas de esta modalidad.

Este fondo que se menciona, es el financiamiento permanente que debe asignar anualmente una partida específica en el presupuesto nacional para la ETP. Este fondo es indelegable e intransferible, es decir, no se puede usar para otra cosa.

El dinero está destinado específicamente a infraestructura y equipamiento. Construcción, refacción y mantenimiento de talleres, laboratorios y espacios formativos. Esto llega a las escuelas desde programas, de los cuales el más conocido es el “Plan Mejoras”.

Este fondo, también está destinado a los insumos que a diario se usan en las escuelas, como materiales específicos y que muchas veces son costosos. Estos se consumen en las prácticas (metales, componentes electrónicos, productos químicos, entre otros). Pongamos como ejemplos: electrodos, cables, maderas, antibióticos, alimentos balanceados, fertilizantes, gasoil, etc.

En cuanto a la capacitación docente, refiere a la formación continua para que los profesores estén actualizados, o sea, que se garanticen los profesorados de educación técnica.

Un corte o reducción significativa del financiamiento afecta directa y gravemente a las escuelas técnicas de todo el país. Las consecuencias son inmediatas, graves y devastadoras. Tal cual ocurriera en los años noventa, cuando las escuelas técnicas y agrotécnicas estuvieron destinadas a desaparecer y solo se pudieron mantener gracias al aporte de las comunidades educativas que “a pulmón” mantuvieron las escuelas, con rifas, bingos, venta de pasteles y demás cosas de las cuales hemos sido partícipes y/o víctimas.

Sin dinero para repuestos, mantenimiento y reparaciones, las máquinas (tornos, fresadoras, soldadoras) se rompen y dejan de funcionar. Los talleres se convertirían, en solo unos años, en tristes museos no solo de máquinas, sino museos cargados de sueños y oportunidades arrasadas por la desidia, el odio y el despotismo de quienes dicen que les importa el futuro de nuestro país y que en 35 años seremos Alemania.

Sin insumos, los estudiantes no pueden realizar prácticas, si no hay metal, madera, componentes electrónicos, productos químicos o alimentos para mantener animales y obviamente trabajar. La formación se vuelve puramente teórica, perdiendo la esencia de la educación técnica y/o agrotécnica.

Los edificios de las escuelas técnicas, especialmente los talleres, requieren un mantenimiento constante. Sin fondos, se deterioran rápidamente, pudiendo volverse, como mínimo, inseguros para los más de 700.000 estudiantes que habitan nuestras escuelas técnicas y agrotécnias a lo largo y ancho de nuestro país.

La ciencia y la industria se desarrollan y avanzan, pero si las escuelas no pueden comprar equipos nuevos (como impresoras 3D, tornos CNC, equipos de automatización, soldadoras MIG, drones, robots, por ejemplo), los egresados salen con conocimientos obsoletos. Tengamos en cuenta que la educación técnica se distingue por su "aprender haciendo". Sin recursos, esta formación práctica desaparece, y la calidad de los técnicos que se gradúan caería estrepitosamente.

Defendamos la educación técnica de Paraná, de Entre Ríos, de Argentina

La Ley 26.058 fue un mojón porque reconoció que la educación técnica es más costosa que la educación común y, por lo tanto, necesita un financiamiento específico, protegido y garantizado por ley.

El Fondo Nacional de la ETP es el corazón de la ley, es de donde el estado debe destinar dinero. Su cumplimiento garantiza que las escuelas técnicas puedan funcionar correctamente. Su incumplimiento o recorte, por el contrario, las debilita hasta el punto de poner en riesgo su propia existencia y la capacidad del país de formar técnicos y profesionales calificados, que son indispensables para el desarrollo industrial y productivo, actual y sobre todo pensando en el futuro.

Estos momentos son cruciales para la educación técnica. Cualquier interrupción o reducción del financiamiento (establecido en la Ley 26.058) afecta directamente y de manera crítica a todas las escuelas técnicas del país, ya que les quita los recursos indispensables para su funcionamiento y razón de ser.

Es por todo esto que la educación técnica debe defenderse en todos los ámbitos donde sea necesario. Por estos días, deberá ser en el congreso de la nación, ya que el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) N° 576/2025, dictado en septiembre de este año, derogó expresamente el Artículo 52 de la Ley 26.058. Sabemos que este decreto tiene fuerza de ley. Si bien el Congreso puede rechazarlo, mientras esté vigente, tiene plena validez y repercute en plena desfinanciacion de la educación técnica, así, sin medias tintas.

El gobierno nacional argumenta, dentro de su marco de reestructuración y/o descentralización del Estado y “el sinceramiento fiscal", que debe eliminar las asignaciones específicas de fondos para tener una administración más flexible y centralizada del Presupuesto Nacional, básicamente es otro recorte más que se hace para sostener el superávit fiscal del cual se jacta Milei y su casta de cleptómanos de guantes blancos.

Esta derogación no es una amenaza, es un hecho consumado y con efectos devastadores.

Al derogar el Artículo 52, se elimina la fuente de dinero concreta. Elimina el Fondo Nacional para la ETP. El fondo de financiamiento (artículo 16) queda vacío, es una "caja" sin ingresos. Es como tener una cuenta bancaria, pero vacía.

Hoy, octubre de 2025, la educación técnica ya no tiene un financiamiento garantizado por ley. Los recursos pasan a depender 100% de la discrecionalidad del Poder Ejecutivo de turno. Cada año, en la Ley de Presupuesto se decidirá cuánto se le asigna a las escuelas técnicas.

Así, de un plumazo se decide que no habrá dinero para comprar los materiales que los estudiantes usan en los talleres. Las máquinas, herramientas y edificios de los talleres no podrán ser reparados o mantenidos. Los animales que hay en las escuelas agrotécnicas ya no podrán ser mantenidos correctamente y para los fines didácticos específicos.

No hay fondos para actualizar a los profesores, prueba concreta de esto es la no convocatoria a inscripción a una nueva cohorte del profesorado de educación técnico profesional en Entre Ríos. La respuesta a esto es copiada a Milei. ¡No hay plata!, dicen desde el CGE.

Estamos mal y podríamos estar peor

No hay duda de eso. Es mi deseo que este escrito llegue a muchos técnicos de Paraná, de Entre Ríos y de Argentina. No estoy exponiendo nada que no sea comprobable.

Sería primordial que podamos estar en estado permanente de alerta en cuanto a esta embestida que nos está marcando trinchera. Tenemos que comprometer a nuestros representantes (en todos los niveles) para que se ocupen de esto de manera inmediata.

Estamos a horas de una elección de legisladores, sería pertinente que alguno haga eco de esto para que pueda tratarse en los ámbitos correspondientes.

A veces no es solo ir a votar, sino saber qué y a quien exigir a cambio del voto que los candidatos nos están pidiendo.

* Profesor Ricardo Raúl Banega. Técnico Mecánico c/or. en máquinas agrícolas.

La fotografía es solo ilustrativa.

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