Poco antes de que terminara este lunes, nos dejó Chicha Mariani, Abuela de la Plaza, abuela de Clara Anahí. En el momento en que más la necesitamos. Justo cuando arrecian el hambre en el pueblo, los despidos de trabajadores y los aprestos represivos. No son buenos tiempos para perder a nuestros imprescindibles.

Nosotros, el pueblo, la necesitamos con su confianza en el futuro, su ánimo inclaudicable y su coraje a toda prueba.

María Isabel Chorobik de Mariani comenzó a buscar a Clara Anahí apenas supo que la beba había sobrevivido al ataque donde la dictadura asesinó a su madre, Diana Teruggia. Junto con Licha de La Cuadra tomaron en sus manos la búsqueda de sus nietos en 1977 y formaron el grupo de Abuelas Argentinas con Nietitos Desaparecidos, que poco tiempo después pasó a ser Abuelas de Plaza de Mayo.

En el juicio a Etchecolatz increpó al genocida pidiéndo que “en vez de rezar el rosario, alivie su conciencia diciendo dónde está Clara Anahí” y agregó “porque él sabe. Y sabe que mataron a Diana por su orden o con su mano”.

“Mientras te espero, te seguiré buscando”, escribió a su nieta en 2016. Esa consciente y activa esperanza es uno de las mayores enseñanzas que nos deja Chicha: “Tengo una seguridad nueva, que otros van a seguir buscándola, pase lo que pase”.

Seguiremos la búsqueda de la nieta de Chicha. Y sus secuestradores tendrán el debido castigo. Pero no nos detendremos antes de conquistar la patria liberada por la que Diana y Daniel, sus padres, vivieron y lucharon.

¡Clara Anahí, te estamos buscando!

Chicha Mariani ¡Hasta la victoria, siempre! ¡Venceremos!