Desde la CGT Paraná –más allá de valorar la posibilidad de desarrollo sustentable a partir del anuncio presidencial sobre inversiones en producción de hidrógeno verde– abren la discusión respecto de los perfiles laborales que las nuevas tecnologías y métodos de producción exigen y sobre la necesidad de formación para que estos avances signifiquen oportunidades y no factores de exclusión para los trabajadores. El biongeniero y miembro de la central, Joel Tornero, conversó con Río Bravo sobre la temática.
El colectivo ambiental Basta es Basta presentó la semana pasada un recurso de queja ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN), a raíz del rechazo de la justicia entrerriana a un amparo colectivo por fumigaciones a corta distancia de la zona urbana de la localidad paceña de Colonia Avigdor. Tras un fallo de primera instancia favorable a los denunciantes, el Superior Tribunal de Justicia rechazó el planteo y los condenó a pagar las costas.
Racedo parece un síntoma de algo más grande, que excede las 6 cuadras y los 86 ejemplares en disputa. Algo como una sociedad cansada de perder espacios públicos.
Vecinos y organizaciones de de Paraná, entre las que se encuentra la Asamblea Ciudadana Vecinalista participaron de una reunión con autoridades municipales para expresar su rechazo al proyecto de ensanche de boulevard Racedo, que implicaría una importante tala de árboles en la arteria mencionada. Aunque el plan de trabajo no se suspendió, las funcionarias presentes aceptaron la validez del planteo y se comprometieron a transmitir las inquietudes para que se considere la posible modificación del proyecto.
Abro la ventana en este veranito fuera de estación y el humo de las islas invade mis ojos, mis narices y mi casa, las cenizas hacen lo suyo con el patio mientras algunos funcionarios hablan por televisión o suben sus fotos a las redes sociales queriendo hacernos creer que se ocupan de los incendios en los humedales y que les preocupa la biodiversidad que se pierde bajo cada foco de fuego. Y esa desidia irrita más la dignidad de la ciudadanía consciente que el humo mis ojos cansados.
Mientras miles de rosarinos y rosarinas se movilizaban cortando la ruta, porque la situación de los incendios frente a su ciudad era y es crítica, en la capital entrerriana se dormía la siesta de la tranquilidad, respirándose un aire apenas sucio; el fuego estaba lejos y para qué preocuparse. Pero el humo llegó, el fuego llegó, y la queja llegó a esta Paraná a la que le cuesta tanto moverse ante una causa común.
Afortunadamente, corre por debajo del asfalto, como tantos arroyos, una fuerza imparable de asambleas, colectivos, foros y organizaciones que se han puesto esta lucha al hombro y planifican cuidadosamente una intervención urbana que le muestre a las y los responsables de estos incendios, que necesitamos como sociedad una ley que proteja los humedales del delta.
La indignación es tanta como la información que durante estos días circula por redes sociales y ha llegado a los medios masivos locales y nacionales.
Los noticieros titulan “quema de pastizales”, en una burda reducción de la biodiversidad que alojan los humedales: pérdidas de innumerables especies animales y vegetales que las generaciones futuras no llegarán a conocer si esto continúa.
Los legisladores se reúnen a debatir proyectos de ley de humedales y los productores del agronegocio siguen fomentando las quemas para ganar terreno para sus ganados, negocios inmobiliarios, cultivos y, por qué no, alguna factoría de cerdos.
Antecedentes
La situación no es nueva, tiene su historia, sus vueltas, su legislación olvidada y la memoria frágil de una sociedad que corre tras noticias fugaces.
Los humedales del Paraná que vemos arder sin control, son sitio RAMSAR (es decir, que su valor intrínseco como humedal es reconocido internacionalmente por una Convención Ambiental) y forman parte del PIECAS (Plan Estratégico para la Conservación y Aprovechamiento Sostenible de la Región Delta del Paraná), creado en 2008 para la función que expresa su nombre, pero jamás ejecutado. Un documento de más de sesenta páginas, con antecedentes, contexto físico y biogeográfico, lineamientos y recomendaciones, firmado por tres provincias y que muchos funcionarios han intentado desconocer, promoviendo emprendimientos inmobiliarios privados, ganadería intensiva y hasta una arrocera multinacional que haría uso de estos territorios por 99 años, allá por 2012.
El descabellado proyecto de las arroceras del Delta Entrerriano merecería un párrafo aparte, pero solo diremos que fue plasmado en la ley 10092, la cual fue derogada apenas dos meses después de su publicación, fruto de la lucha ambiental y la presión de provincias vecinas. Y que lectores y lectoras de estas líneas saquen sus conclusiones luego de observar las firmas de quiénes avalaron el proyecto y el doble apellido de un fiscal de estado eternizado en su cargo (el cual, por otra parte, ya figura como invitado en el tratamiento de un nuevo proyecto por el cual se pretende establecer un Régimen para el uso de los suelos y humedales de la provincia, evadiendo la comisión de Ambiente y promoviendo la destrucción de los ecosistemas, bajo el título de “uso sustentable”). Afortunadamente, la organización colectiva pudo dar forma a un reclamo rápido y contundente para evitar un desastre mayor del que ya estamos sufriendo.
Debates abiertos
Hablar de los incendios en las islas es incorporar al debate la legislación sobre manejo del fuego, los presupuestos mínimos para la preservación de los humedales, los arrendamientos, las tierras fiscales, el ordenamiento territorial, pero también la necesidad de la participación ciudadana, de la creación de inventarios colaborativos y de una revisión profunda de los modelos productivos. Sin ésta última, cualquier legislación será insuficiente.
En este sentido, son de destacar algunos proyectos que se están impulsando a través de amparos colectivos, para declarar al Delta Sujeto de Derechos, entendiendo desde una visión ecocéntrica que la naturaleza es un ser vivo más que no está separada del ser humano. He aquí un cambio cualitativo que en cada sector de la sociedad debemos incorporar. Para empezar, desde la educación, y por solo citar un ejemplo, cómo enseñamos lo que es un humedal, ¿un recurso natural o un bien común? El recurso se explota, el bien natural común se aprovecha de manera sustentable y comunitaria. Son tiempos de revisar los manuales escolares con qué nos formamos y con qué formamos, pero también son tiempos de actuar, exigir, participar, porque el fuego no pide permiso ni da prórrogas.
¿En qué momento nos desconectamos tanto de la naturaleza que decir Delta es pensar en pantanos improductivos y ante el humo que está destruyendo el futuro, solo escuchemos quejas por un patio sucio o preocupación por la dificultad para respirar?
Cerraré la ventana para que el humo de las quemas no invada mi casa. Apagaré el televisor para que los titulares vacíos no invadan mi reflexión crítica. Y saldré a encontrarme, tapaboca y distancia social mediante, con algunas, varias, muchas personas que, sintiéndonos parte y no dueñas de la naturaleza, todavía apostamos a la lucha colectiva y desde abajo para preservar los bienes comunes para ésta y futuras generaciones. Los que se sientan en las sillas del poder y ensayan caras de preocupación y discursos verdes para la cámara, son puro humo.
*María José López Ortiz es Secretaria de Educación Ambiental de AGMER Seccional Paraná. Foto: Carlos Andrade.
Publicado por Río Bravo el 06 de agosto de 2020.
La asamblea "Más ríos menos termas" presentó un pedido de informes ante la secretaría de Ambiente de la Provincia que apunta a una industria láctea radicada en la localidad de Colonia Avigdor (departamento La Paz), perteneciente a la Fundación RAÍCES, apadrinada por el ex ministro de Ambiente, Sergio Bergman. Solicitan respuesta sobre las condiciones de ilegalidad en que venía funcionando la firma desde el punto de vista ambiental y por las que fue denunciada en 2016, cuando se comprobó que vertía efluentes en un arroyo lindero. Las condiciones laborales del personal también están bajo la lupa.
En pleno desarrollo del festival folklórico más mediático del país, en Cosquín, y con los acordes de las pruebas de sonido de los músicos de fondo, la esquina de las calles Obispo Bustos y Avenida San Martín se va poblando de voces, banderas, instrumentos, panfletos y expectativas. La 12 Marcha Plurinacional por el Agua va cobrando forma. Desde cada rincón de las sierras se van congregando integrantes de diversas asambleas ambientales, movimientos sociales y políticos, a los que luego se sumarán vecinas, vecinos y turistas para pedir que agua no se negocie.
La marcha
Apenas pasadas las 19, y con un Cosquín muy transitado, los referentes de los pueblos originarios realizan una ceremonia a la Pachamama y el aroma de sus ofrendas se une al sonido de sus instrumentos de viento y a la noticia desgarradora de la muerte de otro niño wichi por desnutrición. Marchar por el agua es marchar por la vida. Tan simple como eso.
Como entrerrianos y como docentes, experimentamos una gran alegría al poder caminar las calles de Cosquín con personas que aunque las veíamos por primera vez, nos sentíamos en sintonía, porque la lucha por el agua es la misma a lo largo y a lo ancho del país.
En cada esquina de la concurrida calle San Martín la marcha se detiene y se leen fragmentos de un documento que pone de manifiesto todas las problemáticas en torno al agua: minería, represas, fracking, agrotóxicos, desmontes.
La dignidad de la lucha inundando las calles de Cosquín con sus colores, sus ritmos y sus saberes ancestrales. Como los ríos que bajan desde cada punto de la cordillera, en la marcha Plurinacional por el agua confluyen los diversos reclamos ante los que cada gobierno provincial y nacional deberá dar respuesta urgente.
Desde Docentes Por la libertad de los ríos sumamos nuestra lucha por una Entre Ríos sin agrotóxicos. Personas de todas las edades, familias que entendieron la importancia de cuidar el agua y salieron a la calle para expresar un reclamo tan legítimo como urgente, venciendo el miedo de ocupar el espacio público.
Cuerpxs en movimientos, ritmo y expresión artística. ¡Los modos de reclamar son tan diversos! Aunque los medios hegemónicos se ocupen de asociar discursivamente las marchas con los disturbios, la lucha pacífica se impone por sí misma.
Si la participación individual es importante, la organización en asambleas vecinales y la participación colectiva son fundamentales para exigir, a los responsables de hacer las leyes y a quienes pretenden lucrar con los bienes naturales comunes, que se respeten nuestros derechos ambientales.
El 22 de marzo la Marcha llega a Buenos Aires, será plurinacional y será multitudinaria y exigirá que nuestros gobernantes se pongan a la altura de las circunstancias, para que el agua deje de ser un negocio para pocos y se defienda como derecho humano.
La convocatoria
En notas de prensa convocando a la marcha, las asambleas organizadoras, del Valle de Punilla, expresaban:
“En esta marcha que cumple más de diez años, apoyamos a los pueblos de Mendoza y de Chubut que están en plena defensa del agua, rechazando la Megaminería en todo el país, y defendemos nuestra ley provincial 9526.
Argentina y el mundo crecen en conciencia y acciones contra el modelo extractivista ecocida. Unimos nuestras fuerzas ante el Cambio Climático poniéndonos de pie frente a empresas y gobiernos cómplices del saqueo de nuestros bienes comunes.
Los pueblos decimos: El agua vale más que el oro.
Si queremos un Cosquín con folclore, tierra, poesía, historia, fiesta, baile, turismo y recreación en la naturaleza; entonces queremos un país con agua sin venenos, con producción de alimentos sanos.
En nuestro Valle de Punilla, el agua está escaseando, las cuencas están degradadas por incendios y desmontes, (en nuestra provincia deberíamos agregar las termas) contaminación cloacal y basurales a cielo abierto. Las fumigaciones en Cosquín llegan a napas y ríos. El lago San Roque está envenenado y el negocio inmobiliario se impone sin planificación, mientras los municipios no accionan para proteger este bien común que es el agua.
El gobierno de Córdoba insiste con una autovía en Punilla sin responder al pedido de auditorías de obras realizadas y debiendo desde el 2015 un Ordenamiento Territorial y de Bosque Nativo (OTBN).
La reserva principal de agua es el bosque nativo. “Sin bosques no hay agua, sin agua no hay VIDA”. Nos queda menos del 3% de aquel bosque y denunciamos el avance desarrollista sobre zonas rojas y amarillas.
Ante esta realidad proponemos organización y compromiso para defender el derecho a vivir en un ambiente sano consagrado en el art. 41 de nuestra constitución. Y exigimos al estado participación ciudadana en los destinos de nuestros territorios.”
*María José López Ortiz es Secretaria de Educación Ambiental de AGMER Seccional Paraná.
Publicado en Río Bravo el 27 de enero de 2020.
El 26 de diciembre por la noche los senadores entrerrianos dieron media sanción, a un proyecto de ley que regula el uso de “fitosanitarios” en nuestra provincia. Esa es la noticia que todos conocemos, que los medios han replicado y que muchos miran de reojo sin entender bien de qué se trata.
Reproducimos el discurso esgrimido por representantes de los vecinos de Paraná movilizados para exigir al Municipio que no avance con el Proyecto de venta de una parte del Parque Botánico para ubicar allí el centro de operaciones de la empresa ERSA. Si bien por ahora los vecinos organizados y las organizaciones ambientalistas lograron frenar la venta, la lucha continúa.