Desde la organización rechazaron la decisión del municipio de realizar perforaciones de pozos semisurgentes de agua potable y reactivar otros fuera de servicio para abastecer a la ciudad. "Considerando que vivimos al margen de uno de los ríos más caudalosos del mundo, resulta inconcebible pensar en renunciar a esa ventaja comparativa, decidiendo abastecernos con agua salada", cuestionaron. Piden a Bahl que dé marcha atrás.

Ya en abril se había reactivado un viejo pozo en la zona este y la semana pasada, el intendente Adán Bahl anunció la decisión de realizar 10 nuevos pozos en distintos puntos de la capital entrerriana, con el objetivo de "subsanar las posibles contingencias que pueden aparecer como la bajante histórica que atraviesa nuestro río Paraná, al tiempo que mejorar la prestación del servicio de agua potable en momentos de gran demanda", según explicó el propio presidente municipal.

Ante la decisión tomada, desde la Asamblea Vecinalista de Paraná advirtieron que sería "un retroceso en la calidad de vida de los paranaenses ya que se conoce los inconvenientes que acarrea el agua de pozos semisurgentes. Es un agua con alto contenido de minerales, entre ellos el sodio, que le da un sabor especial y que combinado con otros que pueda tener, no es agradable para el consumo. Sumado a su dudosa calidad debido a las filtraciones de las napas superiores ó posible existencia de sustancias tóxicas, obligaría al consumo de agua comprada".

Asimismo, señalaron que también acarrearía "consecuencias económicas perjudiciales para los ciudadanos, debido a que provoca obstrucción de cañerías por mayor acumulación de sarro y daños a los artefactos, reduciendo considerablemente su vida útil".

Frente a este panorama, pidieron a Bahl que revea esta decisión que –afirmaron– "raya de inconsulta a la ciudadanía" y se busquen otras alternativas para dar solución al problema del agua en Paraná sin renunciar al agua dulce.  

Publicado por Río Bravo el 16 de junio de 2016

Publicado en Pago chico

En pleno desarrollo del festival folklórico más mediático del país, en Cosquín, y con los acordes de las pruebas de sonido de los músicos de fondo, la esquina de las calles Obispo Bustos y Avenida San Martín se va poblando de voces, banderas, instrumentos, panfletos y expectativas. La 12 Marcha Plurinacional por el Agua va cobrando forma. Desde cada rincón de las sierras se van congregando integrantes de diversas asambleas ambientales, movimientos sociales y políticos, a los que luego se sumarán vecinas, vecinos y turistas para pedir que agua no se negocie.

La marcha

Apenas pasadas las 19, y con un Cosquín muy transitado, los referentes de los pueblos originarios realizan una ceremonia a la Pachamama y el aroma de sus ofrendas se une al sonido de sus instrumentos de viento y a la noticia desgarradora de la muerte de otro niño wichi por desnutrición. Marchar por el agua es marchar por la vida. Tan simple como eso.

Como entrerrianos y como docentes, experimentamos una gran alegría al poder caminar las calles de Cosquín con personas que aunque las veíamos por primera vez, nos sentíamos en sintonía, porque la lucha por el agua es la misma a lo largo y a lo ancho del país.

En cada esquina de la concurrida calle San Martín la marcha se detiene y se leen fragmentos de un documento que pone de manifiesto todas las problemáticas en torno al agua: minería, represas, fracking, agrotóxicos, desmontes.

La dignidad de la lucha inundando las calles de Cosquín con sus colores, sus ritmos y sus saberes ancestrales. Como los ríos que bajan desde cada punto de la cordillera, en la marcha Plurinacional por el agua confluyen los diversos reclamos ante los que cada gobierno provincial y nacional deberá dar respuesta urgente.

Desde Docentes Por la libertad de los ríos sumamos nuestra lucha por una Entre Ríos sin agrotóxicos. Personas de todas las edades, familias que entendieron la importancia de cuidar el agua y salieron a la calle para expresar un reclamo tan legítimo como urgente, venciendo el miedo de ocupar el espacio público.

Cuerpxs en movimientos, ritmo y expresión artística. ¡Los modos de reclamar son tan diversos! Aunque los medios hegemónicos se ocupen de asociar discursivamente las marchas con los disturbios, la lucha pacífica se impone por sí misma.

Si la participación individual es importante, la organización en asambleas vecinales y la participación colectiva son fundamentales para exigir, a los responsables de hacer las leyes y a quienes pretenden lucrar con los bienes naturales comunes, que se respeten nuestros derechos ambientales.

El 22 de marzo la Marcha llega a Buenos Aires, será plurinacional y será multitudinaria y exigirá que nuestros gobernantes se pongan a la altura de las circunstancias, para que el agua deje de ser un negocio para pocos y se defienda como derecho humano.


La convocatoria

En notas de prensa convocando a la marcha, las asambleas organizadoras, del Valle de Punilla, expresaban:

“En esta marcha que cumple más de diez años, apoyamos a los pueblos de Mendoza y de Chubut que están en plena defensa del agua, rechazando la Megaminería en todo el país, y defendemos nuestra ley provincial 9526.

Argentina y el mundo crecen en conciencia y acciones contra el modelo extractivista ecocida. Unimos nuestras fuerzas ante el Cambio Climático poniéndonos de pie frente a empresas y gobiernos cómplices del saqueo de nuestros bienes comunes.

Los pueblos decimos: El agua vale más que el oro.

Si queremos un Cosquín con folclore, tierra, poesía, historia, fiesta, baile, turismo y recreación en la naturaleza; entonces queremos un país con agua sin venenos, con producción de alimentos sanos.

En nuestro Valle de Punilla, el agua está escaseando, las cuencas están degradadas por incendios y desmontes, (en nuestra provincia deberíamos agregar las termas) contaminación cloacal y basurales a cielo abierto. Las fumigaciones en Cosquín llegan a napas y ríos. El lago San Roque está envenenado y el negocio inmobiliario se impone sin planificación, mientras los municipios no accionan para proteger este bien común que es el agua.

El gobierno de Córdoba insiste con una autovía en Punilla sin responder al pedido de auditorías de obras realizadas y debiendo desde el 2015 un Ordenamiento Territorial y de Bosque Nativo (OTBN).

La reserva principal de agua es el bosque nativo. “Sin bosques no hay agua, sin agua no hay VIDA”. Nos queda menos del 3% de aquel bosque y denunciamos el avance desarrollista sobre zonas rojas y amarillas.

Ante esta realidad proponemos organización y compromiso para defender el derecho a vivir en un ambiente sano consagrado en el art. 41 de nuestra constitución. Y exigimos al estado participación ciudadana en los destinos de nuestros territorios.”

*María José López Ortiz es Secretaria de Educación Ambiental de AGMER Seccional Paraná.

Publicado en Río Bravo el 27 de enero de 2020.

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