La Federación Nacional Campesina alertó sobre las consecuencias de la sequía en varias provincias y heladas tardías en Cuyo. Piden un subsidio de emergencia y un seguro multirriesgo subsidiado para los campesinos de menor escala, "que no tienen espalda para soportar una pérdida de la producción". El entrerriano Pablo Benetti, referente de la organización, aclaró que en la provincia hubo lluvias cercanas a lo normal pero se siguen con atención las proyecciones para enero y febrero.

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Desde el agrupamiento denominado Bases Federadas, conformada por productores y dirigentes de la Federación Agraria Argentina (FAA), críticos de la subordinación de la entidad a la Mesa de Enlace, emitieron un documento con un fuerte reclamo de segmentación de retenciones para "enfrentar al poder real y fortalecer a los más vulnerables". El escrito pone en debate la idea de un "campo" heterogéneo y plantea la necesidad de que "el pequeño agricultor recupere su conciencia de clase".

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La Federación Nacional Campesina (FNC) realiza este miércoles una jornada en todo el país –que incluye asambleas en Entre Ríos– en reclamo de un aporte de emergencia para la agricultura familiar, la entrega de tierras fiscales y mal habidas y de insumos y créditos accesibles para la producción, entre otras reivindicaciones. Definen la situación actual como "desesperante" y advierten que "las medidas sanitarias, alimentarias y sociales del gobierno son importantes pero no son suficientes".

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Técnicos, profesionales e idóneos agrarios pertenecientes a la Corriente Nacional Mártires López dieron a conocer un documento llaman la atención acerca de "los viejos problemas del pueblo y del sector productivo en su conjunto" que la pandemia de Coronavirus pone en evidencia. Destacan la importancia en estos momentos de los productores pequeños y medianos, agricultores familiares, campesinos y originarios que, resaltan, "son la base fundamental de la producción para hacer frente al hambre que apremia en toda la Argentina".

Desde la organización firmante del documento se presentan como "una corriente nacional de técnicos, profesionales y trabajadores idóneos vinculados a las organizaciones campesinas, a sus problemáticas, sus luchas, sus conquistas, vinculados también a ámbitos académicos, de investigación, de transferencia, y distintos espacios estatales relacionados con el sector", que buscan abrir debate sobre los problemas estructurales de nuestro país, sobre la concentración de la tierra y el modelo productivo imperante y la dependencia económica y tecnológica.

En ese marco, consideran que "sin cambiar de raíz estos dos grandes problemas es imposible resolver los graves problemas que padecemos", por lo que ponen como norte la necesidad de "un campo con campesinos (...), un país con 1 millón de nuevas chacras, quintas o unidades productivas, donde predomine un modelo productivo ambiental, cultural y económicamente sustentable".

Al tiempo que destacan que estos sectores siguen adelante con la producción de alimentos a lo largo y ancho del país en esta situación de pandemia, "haciendo  haciendo un gran esfuerzo y generando alternativas para poder llegar con su producción a la mesa de cada argentino", también advierten que "se encuentran algunas producciones, como es la floricultura y la producción de plantas ornamentales, que están no solo paradas sino que están sin poder vender absolutamente nada, perdiendo toda la producción, siendo producciones perecederas en su mayoría y gran demandante de mano de obra calificada que hoy se encuentra desocupada y con peligro de perder su fuente de trabajo".

Sin embargo así como valoran positivamente las sanitarias y económicas del Gobierno nacional, sostienen que "en el área de la Agricultura Familiar, de los pequeños y medianos productores, hace falta aún planificar desde el Estado la asistencia y ayuda a esta población productora y proveedora de alimentos, tarea fundamental para enfrentar a corto, mediano y largo plazo los estragos de la pandemia".

A continuación, reproducimos el documento completo:

Estamos en un momento de crisis sanitaria internacional por el COVID-19, que pone en manifiesto los viejos problemas del pueblo y del sector productivo en su conjunto. Esto hace que se tenga que agudizar el ingenio para poder encontrar las posibles soluciones, y crear instancias donde el pueblo y sus organizaciones tomen en sus manos esta grave situación, sabiendo que esta crisis genera nuevos escenarios y nuevos problemas, teniendo que enfrentar la situación con medidas a corto, mediano y largo plazo.

En la Argentina venimos de cuatro años donde el Gobierno de Macri agudizó todos los problemas estructurales que traíamos, principalmente el de los más necesitados y excluidos, inmersos en una crisis alimentaria y ahora sanitaria que demuestra que el neoliberalismo ha dejado marcado a fuego en estos sectores su sello de desigualdad, desocupación y miseria.

La producción agropecuaria es de suma importancia en estos momentos. Principalmente lxs productxres pequeñxs y medianos, lxs agricultores familiares, campesinos, originarios, son los que producen alimentos, venden en las ferias de cientos de pueblos y ciudades del país, arman bolsones de frutas y verduras, leche, huevos, quesos, carne, a precios justos. Son la base fundamental de la producción para hacer frente al hambre que apremia en toda la Argentina. Son solidarios con precios no especulativos. Son la contracara de las grandes cadenas de supermercados y mercados que especulan con los precios en este momento tan difícil. También colaboran con la principal consigna “Quedate en casa” para hacer frente a la pandemia, llevando alimentos sanos y frescos a domicilio.

En la Argentina las familias agricultoras siguen con la producción de alimentos a lo largo y ancho del país en esta situación de pandemia. Están haciendo un gran esfuerzo y generando alternativas para poder llegar con su producción a la mesa de cada argentino.

Pero también se encuentran algunas producciones, como es la floricultura y la producción de plantas ornamentales, que están no solo paradas sino que están sin poder vender absolutamente nada, perdiendo toda la producción, siendo producciones perecederas en su mayoría y gran demandante de mano de obra calificada que hoy se encuentra desocupada y con peligro de perder su fuente de trabajo.

Desde la Corriente Mártires López estamos convencidos que el rol del Estado en estos momentos esta siendo fundamental, las medidas sanitarias tomadas por el Gobierno Nacional para cada fase de la pandemia que estamos pasando han sido acertadas, a la hora de cerrar las fronteras y decretar la Cuarentena Obligatoria, las prácticas de distanciamiento social y sanitarias impuestas, por nombrar algunas, ha quedado demostrado en los números y en las gráficas que el nivel de contagio e infección no ha sido lo terrible que fue en otros países donde tomaron este tipo de medidas mucho más tarde que la Argentina, subestimando el virus. También las medidas frente a la Emergencia Alimentaria, que tuvieron a los sectores mas postergados como principales beneficiarios, comprando y distribuyendo alimentos, aumentando al AUH, dando un bono a los jubilados y ahora último la EFI para aquellos que no poseen nada, entre otras. Pero así como acordamos con las medidas del Gobierno Nacional sanitarias y económicas, creemos que en el área de la Agricultura Familiar, de los pequeños y medianos productores, hace falta aún planificar desde el Estado la asistencia y ayuda a esta población productora y proveedora de alimentos, tarea fundamental para enfrentar a corto, mediano y largo plazo los estragos de la pandemia.

Existe una estructura Estatal que es posible movilizar al servicio de las miles de familias agricultoras, pequeños y medianos productores y pueblos originarios. La Secretaria de Agricultura Familiar, el INTA, el SENAF, hoy inmovilizados, no solo por la pandemia sino también por falta de lineamientos y presupuestos acordes a la situación. Se necesitan hoy y se va a necesitar en el futuro, más esfuerzos y más trabajos en los territorios. Para esto hay que empezar por reincorporar ya a los compañeros despedidos por el Macrismo , que en el caso de la SAF son más de 700, desmantelando la estructura institucional y los equipos territoriales. Hoy es imperativo poner al servicio de las organizaciones, del otro campo, estas políticas públicas. En la SAF dar definiciones precisas como las coordinaciones provinciales, los lineamientos y los medios necesarios, para poder ayudar y acompañar no solo técnicamente sino también en todo el proceso de comercialización de lo que la agricultura familiar produce para enfrentar la pandemia.

Por todo esto desde la Corriente Nacional Mártires López en esta situación de emergencia planteamos:

- Fomentar la creación de los Comités Interdisciplinarios de Crisis en cada estamento gubernamental, nacional, provinciales y por Localidad, que ayuden a resolver no solo la situación sanitaria y de hambre, sino que puedan tomar el tema de la producción y distribución de los alimentos.

- Que en el compre estatal de alimentos se contemple la compra a los Agricultores Familiares locales, y que un porcentaje del presupuesto destinado a la compra de alimentos sea destinada a la compra de producción de la Agricultura Familiar y por localidades.

- Inmediata reincorporación de los Técnicos despedidos de la Secretaría de Agricultura Familiar en todo el País.

- Lineamientos claros para bajar a territorio con acciones concretas que ayuden a fortalecer el sector de la Agricultura Familiar, campesina e indígena en todo el territorio nacional de todos los Organismos del Estado vinculados al sector, garantizando todos los medios de protección sanitarias necesaria.

- Presupuesto acorde a la situación que garantice la movilidad de los técnicos, así como la asistencia financiera para los productores familiares. Creación de un Fondo de Emergencia ante la pandemia del Covid 19, que financie las producciones esenciales para el autoabastecimiento de los pueblos, impulsando la producción Agroecológica.

- Acceso a la tierra, creación de un Banco de Tierras, incorporando las tierras fiscales ya sean Nacionales provinciales y locales, en primer instancia y luego evaluar las diferentes acciones para poder sumar más tierras, dejándolas al servicio para quienes quieran ponerlas en producción, generando miles de chacras de producciones mixtas. Fomentando la Chacra Mixta de autosostenimiento local agroecológica, dando trabajo genuino a miles de desocupados y generando alimento.

- Acceso al agua potable a las familias campesinas y pueblos originarios. Sin agua potable es imposible hacerle frente al coronavirus ya que existen poblados de la Argentina donde el acceso al agua es escaso, necesitando una respuesta urgente de parte del Estado para encontrar una solución para tener acceso a este bien vital

- Asistencia inmediata a los Floricultores y productores de plantas ornamentales, para poder enfrentar la crisis y evitar que desaparezcan, quedando muchas familias sin trabajo.

- Apertura inmediata de todas las Ferias y Mercados Populares en todas las localidades donde los Municipios las han cerrado. Estos eran un lugar de venta directa entre el productor y el consumidor, siendo en su mayoría en lugares abiertos por lo que, tomando todos los recaudos sanitarios necesarios, se puede volver a tener este espacio de comercialización que tanto ayuda a los productores y a las familias de la localidad, apostando siempre al compre local ..

Esta Pandemia está haciendo crujir a la economía mundial, ha puesto en discusión el modelo económico y el modelo de producción de alimentos, generando una discusión mundial de hacia dónde vamos como planeta, si seguimos con este modelo extractivista y contaminante, con el único fin de sustentar al lucro de unos pocos o generamos cambios en pos de un modelo más inclusivo, igualitario, sustentable y soberano, en busca de un Desarrollo Nacional y Popular de nuestros pueblos en su conjunto.

Publicado por Río Bravo el 13 de abril de 2020

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Los agricultores familiares y los pequeños productores agropecuarios tiene una tremenda responsabilidad en esta pandemia que es alimentar a la poblaciones cercanas a sus chacras, en el caso -como indican muchos voceros- de se agudice más la situación de la infección en las ciudades con el Covid 19.

Los agricultura familiar fue objeto de derecho por varios años en la Argentina; en el 2009 se creó la subsecretaria de Agricultura Familiar y luego se logró el Monotributo Social Agropecuario para que estos productores que vivían en la informalidad, que no podían tener acceso a una obra social y a aportes jubilatorios, los pudieran tener. Además, se creó una red de técnicos que recorrían a lo largo y ancho nuestro territorio, acompañando a las organizaciones de campesinos para crecer y fortalecerse.

En los últimos cuatro años se dio una política de desguace de este organismo del Estado y de toda política que fomentara la Agricultura Familiar, a tal punto que eliminaron el Monotributo Social Agropecuario, pasándolos a todos a Monotributo Social, teniendo que pagar la Obra Social, cosa que antes era a costo cero para el productor, además de despedir a más del 70 % de los técnicos de terreno, muchos de ellos profesionales con varios años de trabajo en el sector.

¿Porque recordar esto en este momento? La idea no es seguir alimentando la grieta, pero sí recordar el por qué se está hoy en el lugar que estamos y quizás pensar en lo diferente que hubiera sido si en estos últimos 4 años se hubieran destinado los fondos suficientes para que la agricultura familiar siga creciendo y que todos los técnicos se encontraran trabajando en el territorio acompañando a los miles de agricultores familiares en todo el país durante esta pandemia.

Hoy la responsabilidad que recae sobre estos agricultores familiares en este momento de pandemia es inmensa, son los responsables de hacer llegar la verdura, frutas, los huevos, la carne a la mesa de cada una de las familias de nuestro país, ya que son los productores de cercanía los que están en los periurbanos, los ejidos, los cinturones de las ciudades y son ellos los que producen y son capaces de llegar con esta producción a cada rincón del país.

Para esto se necesita un Estado presente, un Estado que no sólo garantice condiciones de producción, generando estrategias de fortalecimiento como pueden ser ayudas en insumos, créditos, maquinaria, herramientas; sino también en los procesos de comercialización de estos productos y generando la logística para su distribución.

Estamos seguros que los agricultores familiares se van a poner al hombro esta responsabilidad ya que lo han demostrado sosteniendo las ferias, los mercados populares, los verdurazos y demás acciones que han demostrado el poder de organización que se posee y el alcance que pueden tener.

La tarea que nos va a quedar para cuando salgamos de esta situación y que venimos planteando desde las organizaciones sociales es la incorporación de varios miles más, recreando cordones verdes alrededor de los pueblos y ciudades, cediendo tierras públicas y haciendo ordenanzas que permitan incorporar otras, con desgravaciones impositivas para sus propietarios. En una Argentina con millones de desocupados que no pueden llevar el sustento a su hogar sería una doble medida estratégica generando trabajo y alimentos de forma agroecológica.

En lo inmediato proponemos una primera medida concreta para fortalecer a los productores hortícolas, con un aporte en insumos (semillas, plantines) y tecnologías apropiadas (riego, mediasombra) para aumentar y mejorar la producción de estos productores familiares.

Planteamos la entrega de semillas, plantines, manguera de riego, mediasombra, para los productores que hoy están en plena producción, que estén vendiendo en las ferias o mercados populares de cada localidad, que no posean mas de un empleado (ya sea permanente o transitorio) coordinando con los organismos del Estado nacional, provincial y municipales, así como con las organizaciones de la agricultura familiar de cada provincia o región, para identificar estos productores, entregándose los insumos, apuntando a aumentar en el mediano plazo la producción local y ayudando en la logística para llegar con estos productos en forma rápida y segura a las familias de las ciudades.

Esperamos que los gobiernos nacional, provincial y locales entiendan y den respuesta para poder lograr que miles de pequeños productores y la agricultura familiar de la Argentina den un paso importante, garantizando, como se dijo, el alimento en la mesa de nuestras familias.

(*) Pablo Benetti es Ingeniero Agrónomo e integrante de la Federación Nacional Campesina (FNC) de Entre Ríos.

Publicado en Río Bravo el 31 de marzo de 2020

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A pocos días de asumir la presidencia de la Corporación del Mercado Central de Buenos Aires, Nahuel Levaggi, lanzó una campaña denominada “Compromiso social de abastecimiento”, con el objetivo de frenar la especulación en torno a la comercialización de frutas y verduras y garantizar precios justos a los consumidores. El nuevo funcionario apunta a darle al Mercado un fuerte viraje hacia la soberanía alimentaria, la agroecología, el protagonismo de pequeños productores y los derechos de los consumidores a alimentos sanos y accesibles.

Una de las primeras sugerencias que arroja el buscador de Google al poner el nombre Nahuel Levaggi es, sencillamente, “quién es”. Y el primer artículo enlistado es una nota del diario Clarín centrada más en consideraciones estigmatizantes que en los antecedentes propios y los lineamientos que intenta darle a su gestión y que pareciera haber comenzado a poner en práctica con las primeras medidas en medio de la pandemia.

Fiel a su estilo policíaco contra todo posicionamiento político, militante o dirigente que no se ajuste a las demandas del establishment, “el gran diario argentino” define a Levaggi -con tono inequívocamente descalificante- como “un ex piquetero que comanda a un grupos de pequeños productores”.

Lo cierto es que, más allá de toda especulación política o repaso de archivos, se trata del coordinador nacional de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) que, junto a otras organizaciones como la Federación Nacional Campesina (FNC), impulsó y protagonizó los “verdurazos” durante la gestión de Mauricio Macri, cuestionando las políticas de destrucción de las economías regionales y de la agricultura familiar.

Y es precisamente sobre esos ejes donde aparece el mayor énfasis en la presentación que el propio Levaggi hace de su gestión y de la campaña que acaban de lanzar.

Venimos a construir y fortalecer el fundamental rol social que cumple en la cadena de producción, comercialización y consumo de este lugar que concentra y por el cual transita una gran cantidad de los alimentos”, dice en un video institucional de poco más de dos minutos de la Corporación del Mercado Central de Buenos Aires.

Levaggi asegura que su gestión apuntará a “fortalecer y construir la soberanía alimentaria, de la mano de los productores y de los consumidores y “defender y representar a los miles de argentinos y argentinas que necesitan acceder a esos alimentos sanos a precios justos”.

Otro de los ejes sobre los que buscará trabajar la nueva administración del Mercado Central es la producción agroecógica y, en ese nuevo horizonte de gestión, donde la soberanía alimentaria pareciera adquirir un papel preponderante, aseguran que “este mercado va a tener las puertas abiertas para garantizar la posibilidad de acceso de los pequeños y medianos productores y productoras, por un lado y, por otro lado, una comunicación diaria y transparente de los precios de comercialización de la frutas y las verduras para que los vecinos y vecinas tengan precios de referencia todos los días”.

Primeras medidas en medio de la pandemia

Apenas asumido, Levaggi y sus colaboradores decidieron tomar dos medidas con carácter urgente, en el marco de la pandemia de Coronavirus, relativas a la cuestión sanitaria por un lado y al control del precios y abastecimiento por el otro: “la primera fue implementar un protocolo para garantizar la seguridad y la sanidad de todos ustedes (por los consumidores) y de toda la comunidad del Mercado Central, y la segunda, lanzamos un compromiso social de abastecimiento a precios justos: en conjunto con una gran cantidad de operadores de mercado acordamos mantener precios mayoristas semanalmente y también sugerir un precio minorista para que ustedes, en sus mercados de cercanía, sepan lo que tienen que pagar”.

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