La prohibición de exportar determinados cortes de carne vacuna seguirá hasta diciembre, con el objetivo de engrosar la oferta en el mercado interno y así contener los precios. Hay escepticismo en carniceros y productores sobre la efectividad de la medida, sumada a la preocupación de los ganaderos por la situación del sector. Coinciden en que en general, no hubo grandes variaciones. No obstante, admiten que el cierre puso al alcance del consumidor cortes de animales más grandes que, en general, se exportan y algunas carnicerías ofrecen entre $500 y $700 el kilo de asado. La concentración de la faena, un problema del que se habla poco.

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El intendente de Santa Elena, Silvio Moreira, hizo la referencia en un acto de cierre de campaña del frente Creer Entre Ríos en la localidad del norte entrerriano, en un contexto en el que su adversario en los comicios, Daniel Rossi, es el principal señalado por la debacle y posterior cierre de la planta.

"Nosotros vamos por la expropiación del frigorífico de Santa Elena, porque no le pedimos limosnas a nadie, necesitamos reactivarlo para crear cientos de puestos de trabajo", anunció el intendente Silvio Moreira, en relación con la planta frigorífica que permanece en manos del empresario Sergio Taselli y se encuentra totalmente paralizada.

El de Santa Elena llegó a ser un frígorífico de peso en el sector, al punto que muchos de sus ex trabajadores corrigen cuando se lo menciona con el nombre más corriente dentro de la industria de la carne y aclaran: “Planta de procesamiento cárnico”. Su cierre en 1993, dejó más de 2.000 trabajadores en la calle en forma directa y derivó en una desocupación de más del 80 por ciento en el pueblo, que hasta hoy no hay sido revertida y el grueso de su población subsiste en base a planes sociales.

Llamaron la atención las expresiones del intendente santaelenense y también que lo hiciera ante la presencia de Bordet, teniendo en cuenta que se trata de un tema sensible y que la sola mención del frigorífico suele generar sensaciones poco gratas en la mayoría de los vecinos: melancolía por un pasado que quedó lejos e incredulidad por las promesas una y otra vez incumplidas luego del cierre hace casi 30 años.

El tiempo dirá si la razón la tienen los que ante las sucesivas decepciones se sostienen en la incredulidad o los que manteniendo una luz de esperanza se ilusionan con que esta vez se hará realidad.

De todos modos, el clima político que lleva a un candidato con chances de ganar a plantear esto en un cierre de campaña, genera un escenario interesante para un pueblo tantos años postergado.

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