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Domingo, 22 Noviembre 2015 00:45

Ballotage: La mentira partida en dos

Escrito por Paola Robles Duarte

Es erróneo y agotador andar dividido en dos, fundamentalmente porque así no podemos destejer el bollo de la realidad con toda su verdad: ojos que quieren mirar con oídos que no quieren escuchar. Sigo inevitablemente conectada a la campaña: partida en dos. Y pienso, porque siempre en ese cuerpo a cuerpo de sentidos hay algo que abre una puerta para destrabar la discusión: no debería ser así, debería ser esperanzador y de buen augurio votar este domingo. Entonces me digo: mañana recién empieza…

Los dedos que escriben, solos. Los dedos que andan con un par de ojos que buscan información contrariando a un par de oídos que ya no quieren escuchar más y a los que todavía no les alcanzan estas breves horas de final de la campaña de contaminación comunicacional más larga en la historia de la democracia argentina. Es erróneo y agotador andar dividido en dos, fundamentalmente porque así no podemos destejer el bollo de la realidad con toda su verdad: ojos que quieren mirar con oídos que no quieren escuchar. Sigo inevitablemente conectada a la campaña: partida en dos. Y pienso, porque siempre en ese cuerpo a cuerpo de sentidos hay algo que abre una puerta para destrabar la discusión: no debería ser así, debería ser esperanzador y de buen augurio votar este domingo. Entonces me digo: mañana recién empieza…

 

Instan a pensar en binario

 

No fueron pocas las cosas que ocurrieron por primera vez frente a la mirada estupefacta del pueblo argentino, es cierto. Por primera vez pasaron muchas cosas aunque siempre con los mismos. El primer debate presidencial en un escenario de ballotage. ¿Quién ganó, quién perdió? La irrelevancia de pensar en dos. Pero lo que no cambia son los protagonistas de esta historia y todas las cosas que ellos no dijeron, lo cual se supone que es lo que tendría que preocuparnos. Porque mientras tanto los grandes aparatos comunicacionales nos instan a pensar en binario para que nada cambie: Derecha-izquierda, negro-blanco, amor si – Macri no, trabajador-“chico bien de Barrio Parque” y otros falsos antagonismos cuando en realidad lo que el domingo se dirime en las candidaturas de Daniel Scioli y Mauricio Macri es qué sector de poder de la Argentina construye aún más poder y con qué fichas; cuáles son las alianzas con potencias internacionales que nos impondrán mecanismos de endeudamiento que van a profundizar nuestra dependencia, cuáles serán los capitalistas amigos que prepararán valijas para irse o para arribar a nuevos negocios. Uno u otro, y en el medio nosotros, el pueblo mirando: "la ñata contra el vidrio”, mientras los expertos debaten, ahí anda el pueblo argentino deambulando en la diaria sin arrancar la raíz de nuestros males.

 

Detenete un toque a pensarlo: el planteo es ridículo. Explicale a un docente entrerriano que si vota a Macri se viene el ajuste, cuando leyó hace 10 días en algún diario que el gobernador Sergio Urribarri envió a la Legislatura Provincial un proyecto de ley para el Presupuesto 2016 que indica que "la cancelación de obligaciones ordinarias está pendiente de la factibilidad de poder renovar mensualmente las operaciones de Letras o Títulos". Estamos hablando de bonos para pagar los sueldos. Por nombrar sólo uno de los aspectos complejos de la herencia de una provincia endeudada a una gestión como la de Gustavo Bordet que representa la continuidad del “Modelo” de Cristina Fernández y de Néstor Kirchner. Entonces Macri es el ajuste; pero Bordet, que es Urribarri, que es Cristina, que obviamente es Néstor, para confluir todos ellos en la candidatura de Daniel Scioli, son la defensa de los derechos adquiridos. Ayer hablaba con un trabajador de Salud de Entre Ríos que me decía: “el problema no es que con los dos llegan los 90', el problema es que no se nos venga también el 2001”. Y entonces este sería el momento para que intervenga un término que tanto se pronunciado en esta campaña de desinformación de un candidato en relación al otro: Miedo. Votar por miedo. Votar por miedo a el ajuste de Macri, votar por miedo al despotismo del kirchnerismo. Y votar para dejar de tener miedo, para no ser playmóbiles útiles en esta historia: ¿Para cuándo? ¿No es ridículo pensar partido en dos? ¿No te sentís incompleto?

 

Hace un tiempo la Organización No Gubernamental La Alameda difundía una lista titulada “Archivo de AGC (por la Agencia Gubernamental de Control) Casas Clandestinas de Servicios Personales”, a cargo del gobierno de Mauricio Macri como Jefe de Gobierno de CABA. Decían: “No es menor la denominación del área inspectiva del Gobierno de la Ciudad porque gracias a los eufemismos pretende encubrir a los prostíbulos ilegales y prohibidos en todo el país por la ley nacional 12.331 de Profilaxis y los convenios supranacionales ratificados por el Congreso Nacional”. No voy a entrar en la chicana de sus comentarios sobre los prostíbulos en los últimos días o referirme a las reiteradas conexiones que le atribuyen a Macri pero pienso: ¿Puedo votar a este tipo e irme tranquila a casa pensando que voté por el Cambio cuando hay pibas privadas de su libertad, vejadas y rotas por las redes de trata que operan detrás de las “wiskerías” que encubren los funcionarios confeccionando listas con esta clase eufemismos para que sigan operando con absoluta impunidad? ¿Voy a votar a Scioli que opina que la violencia de género que se da en el vínculo de pareja “son cosas privadas y de cada familia”? ¿Cómo puedo pretender que avance en políticas públicas para evitar que se muera una mujer cada 28 horas en la Argentina si no reconoce el carácter público de la violencia contra la mujer? ¿Cómo puedo creer que Scioli es la alternativa para defender el ambiente frente a los anuncios de colocar pasteras en el Litoral que ha hecho Macri, si este es un gobierno que contamina? Si BOTNIA-UPM está donde está no sólo por voluntad del gobierno uruguayo, sino por la inacción de la gestión de gobierno que él rememora. Entonces todo es una joda, un mal chiste, una broma cósmica, una hijaputéz.

 

Hacer algo

 

Creeme: No es cómodo vivir así, evitando pensar en dos. Es agobiante, pero es lo que somos. Es la verdad.
Entonces, como en ese cuerpo a cuerpo de los sentidos que mencionaba al principio, se abre una ventana real y posible. Hacer algo con mi voto este domingo, volverlo herramienta, condicionamiento, dedo que señala y compromiso, porque nada de lo que hagamos este domingo en el cuarto oscuro alcanza si no nos sumergimos en las cosas que nos duelen para transformarlas. Es posible si pensamos la construcción de la democracia de abajo hacia arriba, si no nos abrazamos a frases de campaña y pensamos sin miedo que no le debemos nada a nadie y que falta tanto por hacer que hay que ponerse a hacerlo.

 

En las redes sociales militantes de ambos bandos, simpatizantes de cualquiera de las caras de la trampa de las corporaciones, nos dicen que tenemos la oportunidad de hacer la diferencia este domingo. Que defendemos o desterramos cosas de los cuales ninguno de ellos son dueños, de medidas que llegaron por el andar de los sectores populares y no porque fueran la brillante idea de un gobierno; las promesas de campaña de Macri en las últimas semanas son textuales de “La Hora de los Pueblos” de Juan Domingo Perón, y todo es palabrerío, a veces más o menos inteligente, pero vacío de propuestas de políticas públicas que salven vidas; porque la droga, la corrupción, la trata, matan; la falta de presupuesto en educación, salud y vivienda nos corroe las posibilidades reales de ser felices. Y no es cualquier cosa, se supone que se trata de eso. Los dos son tan parecidos que si no llevaban la campaña al extremo de los absurdos, donde Scioli está a punto de pasar a la clandestinidad y Macri es Gandhi, no era posible contrastar lo suficiente para operar sobre el estado de ánimo del electorado. Pero la verdad está ahí nomás, donde termina la ruta del discurso y empieza el vacío de los hechos.

 

Creo que el abrir la ventana y decir algo con nuestro voto, o lo más importante, decir algo con nuestro cuerpo en la calle, en el trabajo, en el barrio, en los lugares donde somos quienes tomamos las decisiones, es lo que hace la diferencia.

 

Ësto recién empieza

 

Creo que no digo nada nuevo si señalo que el voto blanco, el voto nulo, el voto bronca ha sido para el pueblo argentino una herramienta para decir fuerte y claro en determinadas coyunturas, pero sobre todo para denunciar aquello de lo que no era cómplice. Diversos sectores populares lo utilizaron cuando desde el exilio, Juan Domingo Perón convocó a los peronistas a votar en blanco, rechazando de esta manera a los dos frentes radicales que se proponían como candidatos a reformar la Constitución en 1957 con el Partido Justicialista proscripto. Ya sé, alguno por ahí va a decir que es otro el contexto; lo invito a que pensando en una coyuntura más moderna y pese a todos los esfuerzos, tan bipolar y binaria, a interiorizarse sobre lo que denuncian los partidos y frentes que bregan por sus propuestas en condiciones ampliamente desiguales e injustas, en relación al régimen electoral vigente y la serie de obstáculos que deben sortear para acceder a lugares de propuesta, reflexión y discusión de sus propuestas. Y aclaro, es una obviedad decir que aunque esté legislado esto no quita lo proscriptivo.

 

Néstor Kirchner dijo en algún que otro discurso que “asumió con más pobres que votos”, muy cerca de tener que confrontar con Carlos Menem en la segunda vuelta, quien renunció al ballotage, y con un pronóstico de votos blancos, abstenciones y votos nulos que indicaba que el caudal sería superior a los emitidos en la elección del 23 de abril de 2007, ya que se trataba de “una interna peronista”. Néstor Kirchner necesitaba construir poder y eligió hacerlo con aquellos que no lo conocían y que no lo votaron: ¿Habría dado participación a las organizaciones sociales, habría propuesto políticas públicas vinculadas a los derechos humanos, habría reformulado la situación de la Corte Suprema de Justicia si no hubiese sentido en riesgo su legitimidad como primer mandatario? ¿Sus gestiones anteriores tenían que ver con esta inclinación progresista y descontracturada que Néstor mostró a poco de asumir como presidente? Hoy queda bastante claro que no. Es el pueblo el que legitima con su voto, pero fundamentalmente el que tuerce el viento cuando está dispuesto a hacerlo. El día que lo entendamos quizás no habría quienes le agradecen tanto a funcionarios que se han enriquecido en la función pública dándonos pedazos de reivindicaciones históricas, construyendo con la palabra y la pobreza la esclavitud de quien no anhela sumergirse en la profundidad en la justicia de los días.

 

Mañana recién empieza; votemos lo que votemos, sin ponerle el cuerpo a la democracia: mañana no cambia nada. Pero ni se te ocurra decir que el voto blanco es sólo para cómodos, para quienes no se comprometen a transformar la realidad, no creas que no duele no tener a quien elegir sin sentir que estás cagando a alguien cuando votas. No es para gente con fiaca votar así, no es para los que acostumbran a firmar cheques en blanco. No te creas que esto termina mañana, porque recién empieza…

 

Publicado por Río Bravo el 21 de noviembre de 2015

Modificado por última vez en Domingo, 22 Noviembre 2015 20:29

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